Gracias Sr Rector por recordarnos los principios que nos rigen.
A la Reforma del 18 no hay que tomarla como una foto sino como el inicio de una película. La de una universidad que dejaba el período colonial para entrar en el mundo moderno, que dejaba el dogmatismo para entrar a la discusión científica, a la participación en el cogobierno, a los cargos que ya no eran vitalicios. En ese momento no había más de 10.000 o 12.000 estudiantes universitarios en el país, ahora hay casi 2.000.000. Había dos universidades nacionales y dos provinciales, ahora hay 56 nacionales. Estamos en otro mundo, pero el manifiesto liminar sigue siendo la piedra angular para los que creemos en una universidad abierta, de libertad, de cambios, democrática, que cree en la periodicidad de los cargos y el concurso público.